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sábado, 20 de noviembre de 2010

Las mascotas y el verano

En la época de verano tenemos que tener en cuenta determinados peligros a los que están expuestas nuestras mascotas, generalmente provocados por la mayor actividad que genera el buen tiempo y por los despistes que se producen en el período estival, ya que reducimos bastante nuestro nivel de alerta. El golpe de calor es, sin duda, uno de los mayores riesgos que corren nuestras mascotas en verano, derivado de las elevadas temperaturas que existen en estas fechas.

 

Golpes de calor
Los perros y gatos no pueden regular su calor corporal mediante el sudor, ya que no tienen glándulas sudoríparas en el cuerpo, como poseemos los seres humanos. Lo hacen a través de jadeos, del sudor que se elimina por las almohadillas de las patas y, en el caso de los gatos, a través del lamido. Cuando están sometidos a altas temperaturas y no son capaces de regularla, empiezan a consumir las reservas de azúcar y sales del organismo y, si no se solventa el problema, pueden fallecer en cuestión de minutos.



Cómo prevenir el golpe de calor
Es típico ver en verano perros que se quedan en el coche o atados a cualquier poste a la espera de sus dueños, estando a merced de sufrir un golpe de calor si están expuestos al sol y no tienen posibilidad de refrescarse. Además, en función del estado de salud de nuestro animal, la probabilidad de sufrir este proceso aumenta. Por ello, animales con problemas cardíacos, obesos, de avanzada edad o muy jóvenes, son más propensos a sufrir este problema.

Aquí van unos cuantos consejos para evitarlo:
  • Tener siempre disponible agua limpia y fresca. 
  • Estar en espacios amplios y ventilados. 
  • Contar con zonas con sombra en casa. 
  • Darle de comer a primera o última hora del día. 
  • No raparlos, ya que su pelaje los protege del calor. 
  • Utilizar cremas de protección solar en las zonas en las que no tienen pelo como el hocico o las puntas de las orejas cuando el animal esté al aire libre y expuesto al sol durante un largo período de tiempo.
  • Evitar que haga ejercicio en horas de mucho sol. 
  • No perderlo de vista. 
  • No dejarle dentro de un vehículo estacionado ni atado a pleno sol. 
  • Sacarle a pasear a primera y última hora del día, y a mediodía lo mínimo para que haga alguna necesidad, pues es la hora punta de sol. 
  • En viajes largos, ir refrescando a nuestro animal, bien con paradas o con cubitos de hielo, paños húmedos, etc. 
  • Cuidar sus almohadillas. Los animales utilizan las almohadillas de sus patas como mecanismo de regulación intentando pisar en zonas húmedas o frías. Las almohadillas son especialmente sensibles”y “debemos procurar que no entren en contacto con zonas muy calientes”, como el asfalto o la arena de la playa, ya que “pueden ocasionarles quemaduras”.
  • En animales de riesgo, extremar las precauciones.

Peligros en los viajes

No hace falta recordar que llevar una mascota en el coche es un peligro potencial para el conductor. Éste siempre se puede distraer con el animal, lo que puede desembocar en un accidente. Por eso, es necesario llevar a nuestras mascotas bien sujetas en el vehículo. Para ello, tenemos en el mercado diferentes productos: cinturones, transportines, redes, barras fijas, etc. Además, hay que recordar que muchos animales lo pasan mal en los viajes, pudiendo incluso marearse.
 Para evitar situaciones desagradables con nuestra mascota, es recomendable ir haciendo paradas a lo largo del viaje para que pueda salir un poco y refrescarse. No se recomienda, en ningún momento, que el animal coma antes de viajar. En caso de que sepamos que se pone nervioso en los desplazamientos, hay productos en el mercado que le ayudan a ir más tranquilo en el coche, pero siempre bajo la supervisión de un veterinario.

Ingestión de cuerpos extraños

Si ya de manera normal tenemos que tener cuidado con lo que ingiere nuestro animal, en estas fechas hay que estar más pendientes que nunca. En vacaciones, la mascota puede tener acceso a objetos bastante peligrosos como son los anzuelos. En caso de que ingiriese uno y le quedara el sedal colgando, en ningún caso debemos tirar de él, ya que provocaríamos que se clavara más. Ante este tipo de situaciones, hay que llevarle inmediatamente al veterinario
 
Además, cuando estamos en la playa, es frecuente que se produzcan ahogamientos de nuestras mascotas en el agua, bien porque tengan dificultades para nadar, como en el caso de perros con obesidad, o bien porque tengan algún problema de salud que aumente la probabilidad de accidentes (como problemas respiratorios, cardíacos, etc.). Es preciso tener especial cuidado con las piscinas, ya que en muchos casos la mascota muere por cansancio al no encontrar la salida.

No nos olvidemos del veterinario
Las visitas al veterinario no deben reducirse en vacaciones. Toda mascota requiere de una atención constante por parte de sus dueños en todo momento y en cualquier época del año.

Fuentes:
http://mascotas.facilisimo.com
http://www.universia.es/portada/actualidad/noticia_actualidad.jsp?noticia=89955